Los Carnavales. Esas fiestas que gustan a casi todo el mundo. Unos días para olvidar la vergüenza, y disfrazarse de lo que te venga en gana. En Santibañez de Vidriales, últimamente se vienen celebrando bastante, y bastante bien. El sábado de Carnaval, los bares y pubs de la localidad suelen celebrar concursos, donde se premian tanto a los disfraces individuales, como a los grupos más originales. Como digo, ya llevan unos cuantos años haciéndolo. Al principio era poca gente la que acudía disfrazada a Santibañez esa noche, pero ya durante los últimos años, la inmensa mayoría de las personas que ese día eligen Santibañez para pasar la noche de fiesta, lo hacen disfrazados.
Y el domingo por la tarde, hay un desfile por las calles del pueblo, que organiza la Asociación Cultural Sansueña-Vidriales. A ese desfile acuden niños, mayores, y todo aquel que quiera pasar una tarde divertida. Principalmente es gente de Santibañez, pero no es un acto para nada cerrado, y cualquiera puede salir a desfilar. Este año la asociación contó con nuestro grupo, para poner la nota musical al desfile. Y es que la música tradicional, también tiene cabida en esta fiesta.
Así que allí que fuimos. Cada uno escogió un disfraz, y con los instrumentos a cuestas, llegamos a Santibañez. Partimos del parque dirección a la residencia de ancianos. Al igual que hizo el ayuntamiento en la Cabalgata de Reyes, donde también participamos, la Asociación no se olvidó de nuestros mayores, y fuimos a hacerles una visita y a desearles unos felices carnavales. Todo el mundo llegó hasta allí, pero fuimos solo los músicos, y una representación de la Asociación Cultural, los que entramos a la residencia.
Al salir de allí, siguió el desfile. Recorrimos todas y cada una de las calles, tocando las diferentes canciones, agarraos, valses, pasacalles. En una de las plazas del pueblo, hicimos una parada, para tocar unas jotas, a petición de varias mujeres, que acuden habitualmente a clase de estos bailes, que se imparten en Santibañez.
La última parada fue en el parque, donde se formó un pequeño baile, antes de terminar la fiesta en el pub Medieval. Allí nosotros ya aparcamos los instrumentos, y tomamos un refrigerio, antes de la merienda que tenía preparada la asociación. Chocolate con bizcochos para todos los asistentes. Y después música, fiesta, bailes, hasta que el cuerpo de cada uno aguantara. Y así acababa el Carnaval. Ahora toca guardar los disfraces, y esperar un añito para volver a disfrutar de esta fiesta.
¿Que bonito es divertirse y divertir a los demás, haciendo algo que te divierte? Sigue así, que eso es salud y una buena terapia para el stress!!
ResponderEliminarTienes toda la razón. Nos divertimos muchisimo, y si de paso la gente que nos acompaña o que nos ve se divierte también, mejor que mejor. Yo una tarde de esas, no la cambio por nada en el mundo.
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