miércoles, 13 de octubre de 2010

FIESTA DE LA VENDIMIA. TORO 10 de Octubre de 2010

Otra vez el señor Isidro nos reunió para ir a tocar. Como cada año se celebraba la fiesta de la vendimia en Toro, la cuál está reconocida como fiesta de interés turístico regional. Se celebran tres días de fiesta con diversos actos, y de los más esperados era el del domingo, el desfile de carros engalanados.
            Decenas de carros (en esta ocasión fueron exactamente 56) procedentes de la misma ciudad de Toro, y de otras localidades de la provincia, desfilan por las calles de la localidad, adornados para la ocasión. Es como un regreso al pasado, ver las uvas en grandes talegas (talegones), en los carros tirados por burros en su mayoría, caballos, e incluso algún pony. Mayores y niños iban ataviados con la ropa de campesino de principios del siglo XX, luciendo cestas de uvas adornadas, que luego eran objeto de concurso.

Y allí estábamos nosotros, Miguel Ángel, Pablo y yo con las gaitas, y Estrella, Nino e Isidro con los tambores. A eso de las 11 de la mañana llegamos a Toro, y tras reunirnos todos en un punto de la ciudad fuimos hacia la Plaza de San Francisco, de donde partía el desfile. Allí tuvimos una larga espera, pues el comienzo, que estaba previsto para las 12 y media de la mañana se demoró un poco. Pero no nos aburrimos. Calentamos motores, y las notas de “Adelaida”, “El mandil de Carolina, el “Bailache” y de varias canciones más, empezaron a salir de nuestros instrumentos. También aprovechamos para ver los diferentes carros, ya que luego en el desfile no íbamos a poder hacerlo.  

Por fin llegó el momento, y los carros echaron a andar. No todos, pero si la mayoría de los carros llevaban acompañamiento musical. Las calles de Toro se inundaron de los sonidos de dulzaina, de gaita y de flauta y tamboril. El desfile, como ya dije anteriormente, salió de la Plaza de San Francisco, y siguió por la calle Sol, Santa Marina, y tras pasar por la Puerta del Mercado, enfilamos el camino hacia la Plaza Mayor. Mucha gente, sobretodo en el último tramo del recorrido llenaba las aceras para ver pasar todo ese conjunto de carros.
       
Al finalizar el desfile, se entregaron los premios a los mejores carros, a las cestas mejor adornadas, etc., etc.… para entonces nosotros estabamos dando buena cuenta de unos aperitivos en las inmediaciones de la Plaza Mayor.
            Y así pasó una jornada más de música, de diversión con amigos. Y con ganas de repetir el año próximo.





          

                                                     
           

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