Este año tuve el placer de ir a Braga con el grupo de Gigantes y Cabezudos de Camarzana. Es una de las mejores concentraciones de Europa (este año era la XXII edición), donde acuden muchísimos grupos, tanto de Gigantes, como bandas de percusión, muy típicas en Portugal. Cinco de los grupos procedían de España: la A.C. Tradición y Música Popular de Zamora, Capitonis Duri también de Zamora, la A.C. Amigos de los Cabezudos de Corrales del Vino, la A.C. La Candonga de Mombuey, y nosotros, la Asociación Amigos de los Gigantes de Camarzana de Tera. Había oído maravillas de esta concentración, pero todo se queda corto al lado de estar allí.
El sábado por la mañana llegó autobús a Camarzana, procedente de Zamora, donde había recogido a parte de la gente del grupo que vive en la capital. Salimos puntuales, y recogimos en Mombuey a los chicos y chicas de La Candonga, ya que hicimos el viaje juntos. Los gigantes y cabezudos, iban en un furgoneta aparte. El viaje entre unas cosas y otras, duró 3 horas y pico, incluida una paradita en A Gudiña para tomar un apetitivo y estirar las piernas.
Nunca había estado en esa zona de Portugal, y me sorprendió ver la extensión de la ciudad. Es una ciudad grande, de 175.000 habitantes, pero no hay grandes edificios, así que son casas que se expanden por un terreno amplio.
Después de aparcar el autobús, nos fuimos a comer, y más tarde a las instalaciones de la Universidad do Minho, para montar los gigantes. Allí era donde iban a estar expuestos durante todo el fin de semana. Cuando estábamos en plena faena de montaje, ya se empezaron a escuchar los sones de las dulzainas y las gaitas. Diferentes grupos de Portugal y Zamora iban llegando y se hacía notar sus sones.
Una vez montada la exposición, y después de dar un paseo por las calles céntricas de la ciudad, llegaba el momento de dejar las cosas en el lugar donde íbamos a dormir, que no era otro que el cuartel militar de Braga. Dos barracones estaban habilitados para los grupos de Zamora (excepto los de Zamora capital, que los hospedaron en un albergue), y para los grupos portugueses de fuera de Braga.
Después de habernos instalado, salimos nuevamente para el centro de la ciudad, y tras la cena, sacamos los gigantes para comenzar el pequeño desfile. Gaitas y dulzainas empezaron a sonar, mientras el Rey, la Reina, el Campesino y la Campesina (vamos, los gigantes del grupo de Camarzana), dieron su primer paseo de este año por las calles de Braga. Había bastante gente por las calles (nada comparado con lo que iba a ser el domingo) viendo pasar el desfile. Los gigantes se habían quedado en la plaza, para hacer una pequeña muestra, y los músicos seguimos hasta otra plazoleta, junto al grupo de Corrales, y un gigante que iban a presentar en sociedad ese día. Allí tocamos y bailamos unas jotas, para un rato después, volver a subir a la plaza principal.
Allí precedidos del sonido de un grupo de tambores, fuimos entrando uno por uno los grupos participantes. Terminaba así la primera jornada del encuentro.
La mañana del domingo la tuvimos libre, así que la empleamos en pasear por la calle, tomar algo en las terrazas y ver una exposición de coches antiguos que había en la plaza. A mediodía tuvo lugar la recepción de los participantes, pero a la misma solo acudió una mínima representación de la asociación, y por supuesto el presidente, Herminio.
Después de la comida, y tras relajarnos en el parque que había al lado de la Universidad y la plaza, dio comienzo el desfile. Bueno, no era el desfile en sí, sino que era el traslado de los gigantes desde el lugar de exposición, hasta el punto de partida del desfile. Una vez colocados en el punto de partida, comenzó el plato fuerte. Multitud de participantes, (según la prensa local, más de mil personas desfilaron) iban pasando por las calles de Braga. Nosotros pudimos ver solamente a los que pasaron por delante de nosotros, mientras esperábamos para salir. Sobretodo grupos de percusión. Los había de todo tipo, pero sin duda, uno de los que más aplausos se llevó fue el compuesto por niños, que no tendrían más de cuatro años. Eso es formar la cantera, si señor. Un detalle en el que me fijé, es que los muñecos españoles, están mucho más elaborados que los portugueses. Estos son más toscos, más rudimentarios, mientras que los españoles cuidan más los detalles de elaboración y vestuario. También me llamó la atención, unas serpientes y dragones, del estilo de los que salen en la pelis de chinos. Eran muy llamativos.
Y así nos llegó el turno de salir. Delante la bandera de la Asociación, las gaitas, y los cabezudos (la ratita, el mago y el payaso). Y detrás los dulzaineros acompañando a los gigantes. El calor era sofocante (calor que también, sufrían las palletas de las gaitas), pero el ambiente de la calle era increíble. Yo soy malísimo calculando, así que no sabría decir cuanta gente había, pero varios miles. Recorrimos durante dos horas aproximadamente, las calles del centro de la ciudad. El agua que la organización entregaba durante el recorrido, era agradecida por nosotros, debido al calor del que ya he hablado. El final del desfile, nos llevó a la plaza, donde uno por uno, los grupos íbamos pasando y haciendo sonar nuestra música delante del escenario. Nada más terminar de desfilar, comenzó el desmonte de los gigantes. Decir que cuando ya habíamos terminado de desmontar, de guardar todo y estábamos subiendo al autobús para volver, aún seguían llegando participantes a la plaza.
Y así terminó un gran fin de semana. Un fin de semana de diversión, de música, y de estar con buena gente.